viernes, agosto 18, 2006

La ropa que llevo


Me pregunta qué ropa llevo puesta ahora. ¿En el momento en que recibí el mensaje? ¿O lo que le interesa saber es cómo estoy vistiendo después de varios años de no vernos? ¿Quiere saber cómo me veo? Me siento tentada a preguntarle, pero temerosa de que piense que soy tonta de capirote, decido enviarle una foto reciente.

No sé por qué la pregunta se ha quedado dando vueltas en mi cabeza. De niña mis mejores amigos eran las hadas y duendes que me acompañaban en las excursiones nocturnas que emprendía. A esos hermosos años, siguieron otros, muchos, tristes, de no ser, y solo la gitana que había en mí logró rescatarme. Ella tuvo el valor de abandonarlo todo, liberando a la libélula que había quedado presa. Para mi desgracia, su sino era caminar en soledad, mientras repetía una vieja copla: “soy como la falsa moneda, que de mano en mano va y ninguna se la queda”.

Ahora busco a través de lo que escribo hacer que ambas, la gitana y el hada consigan encontrarse para unir la alegría del hada-niña a la sabiduría que la vida le ha dado a la gitana. Quiero imaginar que lograré que un día anden tomadas de la mano, oyendo la música del viento y saltando sobre las piedras del camino, libres al fin, cantando en armonía: “en libertad, como los pajarillos…”

¿Me preguntas qué ropa llevo? Llevo la de la vida, la de los sueños, la de la mujer, la de la niña…