Siente cómo se le encoge el vestido y se van achicando las zapatillas que explotan porque sus pies no caben dentro de ellas. Crece y crece y con su cabeza por sobre las nubes, puede contemplar la luna. Si extendiera las manos podría alcanzar una estrella.
Dirige la vista hacia el suelo y ve dos pies inmensos que reconoce como suyos sobre un globo que gira y gira hasta marearla, mientras la luz del sol la ciega.
No sabe si es un sueño o uno más de los juegos que pertinaz le juega su mente. De lo único que esta conciente es que continúa creciendo y ahora sus pesados pies han causado que el planeta deje de girar.
Inmensa, gigantesca, no es dios, pero se acerca a él. El planeta detenido se sofoca, y su explosión la lanza a la atmósfera hecha pedazos, una con el universo.
Dirige la vista hacia el suelo y ve dos pies inmensos que reconoce como suyos sobre un globo que gira y gira hasta marearla, mientras la luz del sol la ciega.
No sabe si es un sueño o uno más de los juegos que pertinaz le juega su mente. De lo único que esta conciente es que continúa creciendo y ahora sus pesados pies han causado que el planeta deje de girar.
Inmensa, gigantesca, no es dios, pero se acerca a él. El planeta detenido se sofoca, y su explosión la lanza a la atmósfera hecha pedazos, una con el universo.
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