Alicia tiene una de esas sonrisas enigmáticas a lo Mona Lisa. Más de un hombre se lo había dicho, pero solo Alberto lo hizo con tono de reproche. “Es que nunca sé si estás complacida o me estás mirando con cierta sorna, como si yo fuera un tonto”, le dijo. Ella tardó en comprender que el hombre se sentía inferior a ella. ¡Que extraño! Ninguno otro se había dado cuenta antes.
2 comentarios:
Querida Margrt
Cada dia me sorprendes. Es sabroso leer estas cosas maravillosas.
Felicidades
Te quiero
otro mejor!
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