Hoy es un día neutro. Lo hace neutro el que no me
siento ni feliz ni triste. Es un jueves
cualquiera, de esos en que miro las horas que faltan hasta volver a acostarme a
dormir, y las veo vacías porque no hice planes.
La verdad, nunca hago planes, los hacen otros por mí. Alguna amiga me llama para almorzar y luego
caminar un rato, y acepto. No quiero ni puedo permanecer el día completo en el
apartamento. Me deprime, me aburre,
aunque en estos días, para hacer algo, poco
a poco he ido sacando artículos de la casa que ya no uso, ni usé hace
tiempo, o que nunca usé.
Es curioso
reencontrar las cosas que guardamos un día con la ilusión de usarlas, y darnos
cuenta que nunca surgió la ocasión de hacerlo.
Cacharros, fuentes de cristal, copas, para la fiesta que nunca dimos,
para la íntima cena de enamorados que nunca fue.
Voy a donarlas a la Tiendita Joy, que vende artículos
donados para beneficio del Hogar del
Buen Pastor. Allí, sé que alguien las comprará porque lo que no es útil para unos es el sueño de otros. Ojalá quién los adquiera lo haga porque va a usarlos, y no vayan a parar
a otro conjunto de carrachos que nadie usa. Las he lavado todas, no quiero que
lleguen allí impregnadas de la ilusión con que un día las compré.
Hoy es un día neutro…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario