Siempre esperé demasiado de mis amigos y me fue difícil aprender que el que yo esté dispuesta a caminar la milla extra no obliga a nadie más a hacerlo.
Al paso del tiempo y a medida que personas a quienes quiero me fueron decepcionado comprendí que no podía imponerles mis normas de conducta. Los acepto cual son y mientras puedo me las resuelvo sola, sin pedirles ayuda.
El problema estriba en que si bien no espero que caminen esa milla extra, sí les pido lealtad, honestidad y respeto de la misma forma que estoy dispuesta a darlos. Espero que sean capaces de mirarme a la cara y decirme lo que realmente piensan, guardando el respeto que como ser humano me merezco. Lamentablemente a través del tiempo me he dado cuenta que los años de amistad no son garantía de lealtad, y ni siquiera de cariño sincero.
En esos casos calladamente y sin reproches me doy la vuelta porque como decía mi abuelo, más ‘alante vive gente.
Al paso del tiempo y a medida que personas a quienes quiero me fueron decepcionado comprendí que no podía imponerles mis normas de conducta. Los acepto cual son y mientras puedo me las resuelvo sola, sin pedirles ayuda.
El problema estriba en que si bien no espero que caminen esa milla extra, sí les pido lealtad, honestidad y respeto de la misma forma que estoy dispuesta a darlos. Espero que sean capaces de mirarme a la cara y decirme lo que realmente piensan, guardando el respeto que como ser humano me merezco. Lamentablemente a través del tiempo me he dado cuenta que los años de amistad no son garantía de lealtad, y ni siquiera de cariño sincero.
En esos casos calladamente y sin reproches me doy la vuelta porque como decía mi abuelo, más ‘alante vive gente.
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