Cuando llegó a casa nadie lo reconoció, pero a decir verdad, no lo estábamos esperando. Llegó veinte años más viejo, sucio y con barba y pretendía quedarse. Fui cobarde, nos dijo, me dio miedo la pobreza y el hambre y tantas bocas que mantener.
No lo pensamos mucho. Le echamos los perros para que se fuera.
No lo pensamos mucho. Le echamos los perros para que se fuera.
2 comentarios:
EXCElente cuento TOMA NOTA!
Hola Cascabeles!
Hasta pena me dio del pasado. Mira que echarle los perros al pobrecillo!
Abrazos
Dragoncita
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