Nanushka
Nanushka (no era su verdadero nombre
pero no le gustaba el suyo), salió de la oficina del médico sonriente. Cualquier otra persona al escuchar el
diagnóstico, habría llorado, maldecido, entrado en estado de negación. Pero Nanushka ya tenía más de sesenta años y
hacía tiempo que estaba lista. Con la enfermedad, Dios le había
conmutado la sentencia de vida…
2 comentarios:
... y al igual que a muchos,la soledad pudo mas que el deseo de vivir... y un final apresurado sigue siendo un final...
Y sin necesidad de llegar al suicidio y lo que esto representa...
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