
─¿Te puedo ayudar? ─ le pregunté pero ella no me contestó.
Su reflejo se fue río abajo, hacía la caída de agua donde se habría perdido para siempre pero se quedó enredado en unas lianas y me marché tranquila sabiendo que volvería a verla.
Se acostumbró a que fuera a mirarla allí en el río. Se acostumbró tanto que pienso que me esperaba porque siempre que fui la encontré. El mismo rostro triste, la melancolía de ese primer día, y aunque yo siempre le ofrecía mi ayuda, nunca me contestaba.
Cuando al fin me habló me dijo que no me preocupara.
─ Es mi naturaleza.
Seguí yendo a verla para tratar de arrancarle una sonrisa a aquel reflejo triste, pero cada vez que se alejaba se iba aún más lejos acercándose más a la caída de agua. Me aterraba pensar que pudiera perderse revolcándose entre las piedras sin que las ramas pudieran sostenerla y se hundiera para siempre.
Así que hice lo único que podía hacer: me fui con ella.
1 comentario:
wow.... te quiero mucho... :^)
Publicar un comentario