viernes, mayo 11, 2007

sábado, mayo 05, 2007

Historia de amor


Le ve marchar, y siente cómo se le desgarra el corazón. No puede detenerlo, él se lo ha dicho bien claro, ya no la ama. No es tu culpa, soy yo, le dijo. Quisiera aceptar que no es su culpa, que nada habría podido hacer para cambiar las cosas, para retenerlo, para hacer que él la quiera. Pero sabe que sí, que es ella. Que no es lo suficientemente atractiva, ni inteligente, ni extrovertida…

Aprieta las manos, hasta que los nudillos se le ponen blancos, y escuecen las palmas del dolor de las uñas que les clava. Se muerde los labios y siente el sabor a sangre fresca, mientras en vano, intenta reprimir el involuntario temblor que casi hace convulsar su cuerpo.

Ya no la ama, la deja, la abandona, y con el súbito derrame de las lágrimas ardientes e incontenibles, ve a la niña que se abraza al cuello de su padre, suplicante y llorosa, no te vayas papá, no nos dejes, ¿es que ya no me quieres?

Nunca ha sido lo suficiente... lo sabe, es ella.