Si pudiera pintarme lo haría muy despacio. Primero quitaría los trazos de mi rostro, y luego los del torso, hasta llegar a las manos bajando por los brazos. Me deslizaría despacio por los pechos, alcanzando la cintura, borrando las caderas, y mi sexo. Luego las piernas, comenzando por los muslos, hasta que toda yo desaparezca. Entonces, en el lienzo en blanco, me pintaría mariposa.
domingo, febrero 26, 2006
Si pudiera pintarme
Si pudiera pintarme lo haría muy despacio. Primero quitaría los trazos de mi rostro, y luego los del torso, hasta llegar a las manos bajando por los brazos. Me deslizaría despacio por los pechos, alcanzando la cintura, borrando las caderas, y mi sexo. Luego las piernas, comenzando por los muslos, hasta que toda yo desaparezca. Entonces, en el lienzo en blanco, me pintaría mariposa.
martes, febrero 21, 2006
Sudor y lágrimas
Justo antes de salir al escenario me pasa. Siento que se alteran las mariposas que ya hace tiempo decidieron vivir en mi estómago, y cuando baten sus alas, las de mi corazón se estremecen. Entonces quisiera no ser.
Igual, me miro al espejo un instante, respiro profundo, para que a las mariposas les llegue mi aliento, y frotándome el corazón salgo a escena. A veces, tal parece que la luz de los focos es mas fuerte y brillante, o me paro allí donde están dirigidas, y entonces siento el calor, que hace que inmediatamente empiece a sudar a mares, pero mas que nada, me arden los ojos, y me lagrimean.
Sudor y lágrimas, me digo. Esa es la vida.
Igual, me miro al espejo un instante, respiro profundo, para que a las mariposas les llegue mi aliento, y frotándome el corazón salgo a escena. A veces, tal parece que la luz de los focos es mas fuerte y brillante, o me paro allí donde están dirigidas, y entonces siento el calor, que hace que inmediatamente empiece a sudar a mares, pero mas que nada, me arden los ojos, y me lagrimean.
Sudor y lágrimas, me digo. Esa es la vida.
miércoles, febrero 08, 2006
Amando
Cierra los ojos y deja que el sonido del viento la invada. Se siente mar en ese momento, con olas que van y vienen, recorriendo su cuerpo. El viento le susurra al oído bajito un te quiero, que ella le devuelve con un suspiro. Y al exhalar, siente como su cuerpo se arquea, y fundido con la ola, sube y sube, hasta besar el cielo.
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