miércoles, septiembre 30, 2009

Aniversario

Hoy amanecí cubierta de tristeza. Es como si el cansancio de la vida me hubiera dado abrigo intentando sofocarme. Imagino que dentro de nosotros hay algo que recuerda los aniversarios. Aparentemente echados al olvido quedan grabados en nuestro cerebro. Cuando llega la fecha, recordamos. Hoy es un aniversario de tristeza, lo sé, lo siento.

lunes, septiembre 14, 2009

Mirada que obsesiona

Te miro pero no me miras porque tus ojos se han quedado quietos, su mirada estática fija en el jarrón chino sobre la mesa o en el bodegón que cuelga en la pared. Sobre la mesa dejaste las llaves y los guantes al entrar cuando dijiste “hace frío”. “Sí, hace frío, mucho”, contesté y no entendiste que el frío tuyo era del invierno pero el mío era el vacío de ti y de tus ojos, que ya no me miraban. Esos ojos azules que eran míos y que al mirarme me infundían su fuego, me erizaban la piel, y hacían que mis piernas temblaran. Tus ojos que me traían a la vida, muñeca desprovista de amor y calor hasta que encontré esos ojos de mirada profunda de mar, de pestañas negras, tan largas que las envidiaba y que quería para mí. Mis ojos nunca serían como los tuyos, pero los hice míos como hice mío tu cuerpo. Siempre después de hacer el amor me regodeaba mirándome en ellos, espejos cristalinos que me obsesionaban.

“Tú mirada obsesiona” te dije al conocerte, porque no miento, nunca miento y menos a tus ojos. Y tus ojos brillaron con el fulgor deslumbrante de un sol a medio día, ese sol resplandeciente que uno mira de frente a pesar del temor a cegarse. Y me dejé cegar por ellos para luego sumergirme en las cálidas aguas de tu mirada intensa que me llamaba a hundirme en sus profundidades. Nadé perdiéndome en sus azules cambiantes, y luego me refugié en tus pestañas, muñeca rota sintiendo el calor protector de tu mirada apasionada, dulce y pegajosa. Tu mirada que me había desnudado antes que tus manos me hubiesen desnudado, pero si no lo hubieras hecho tú, lo habría hecho yo porque quería que tus ojos me vieran.

Ahora miro tus ojos que dejaron de verme, no sé desde cuándo dejaron de mirarme y de insuflarme vida. Me marcho porque tengo que marcharme, muñeca deshecha que vuelve a su rincón olvidado, pero llevo conmigo impresa en mi piel y grabada en mi cerebro la mirada azul de tus ojos que ahora vidriosos solo miran sin ver el jarrón chino sobre la mesa, o quizás el bodegón que cuelga en la pared.

jueves, septiembre 10, 2009

Casi

Prefiere el silencio a la música que la aturde. Le gusta estar sola, no ríe, y le es difícil hablar. En ocasiones piensa que la vida no ha sido justa y que dio más de lo que ha recibido. Antes le importaba, pero ahora le da casi igual. Es muy tarde, se dice, ha caminado más de lo que le falta y no quiere cargas a esta altura del sendero. Le preocupa, la palabra casi porque implica que una parte de ella aún quiere que las cosas cambien. Entonces pone atención al silencio y se siente en paz y es feliz. Casi…

sábado, septiembre 05, 2009

Juan-ave

Siempre se sienta en el mismo banco de la plaza a mirar las palomas y cuando puede les compra maíz. Hace años son su compañía y sus únicas amigas porque prefiere no hablar con la gente que, a decir verdad, le molesta. Preferiría ser ave a ser Juan. Cuando se permite soñar, lo que no es muy frecuente porque para ello hay que ser persona-humano, se piensa ave y entonces olvida que es sueño y vuela más alto que las mismas palomas.