sábado, enero 16, 2010

En las noches

Cada mañana, al despertar, hago una oración ferviente para poder funcionar y bregar con los problemas del día. Me encierro en mi mundo pequeñito y trato de no ver ni hablar con nadie. Solo cuando comienza a oscurecer me permito relajarme, porque la noche me protege.

La noche debía ser mi peor enemiga pero es un manto que me cubre y amorosa me arropa. Siento compasión por aquellos a los cuales la noche atemoriza porque sus monstruos los desvelan persiguiéndolos en la oscuridad. Los míos y yo, desde hace años, dormimos juntos y tranquilos.

2 comentarios:

José Miguel dijo...

Te felicito que hayas hechos las paces con tus mounstruos. Has aceptado tu realidad. Yo, no tengo mounstruos que me atormentan, solo pensamientos de mi realidad que trato de encaminar de forma positiva.

Un abrazo amiga.

lucille lang correa dijo...

Margret
Siempre llegas a la medula de uno de mis pedazos, tengo un poco de ti tambien