miércoles, marzo 24, 2010

Una sonrisa

Sabe que tiene que vencer la apatía que la cubre cual inmenso manto. Le ayudaría el salir a la calle, tomar sol en la cara, volver a sonreír. No puede.

Se fatigó en la mañana buscando una sonrisa, aquella última que pensaba le quedaba. El esfuerzo fue en vano, se había desaparecido. Sintió un poco de lástima por la sonrisa y por ella, pero al final decidió que daba lo mismo. La sonrisa no pasaba de ser un dibujo en cartón coloreado por ella el día en que aceptó que no recobraría su sonrisa.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Nunca se acostumbró a no tenerla, pero sí a vivir sin ella. Hasta ahora… ahora cuando el manto de apatía la arropa, y le hace falta una sonrisa…

1 comentario:

Carol dijo...

Es cierto que las sonrisas mueven el mundo, como el amor, y es que una sonrisa sincera es impagable, es de agradecer a quién la da de corazón.

Besos, Margret.