miércoles, noviembre 22, 2006

Felíz día de Acción de Gracias

Anoche soñé que un pajarito se colaba repetidamente por la ventana y venía a visitarnos a Cuquito y a mí. Con honestidad, a Cuquito parecía no importarle su presencia mientras él revoloteaba a mi alrededor. La última vez que entró, tras de él se coló una paloma, intentando atacarlo. Hice lo posible por atajarla y defenderlo y Cuquito se unió a nosotros. No sé qué pasó finalmente ni si pudimos salvarlo, solo sé que cuando entró, perseguido por la paloma, lo noté cansado y pensé que podría estar herido.

En ocasiones las personas que mas amamos nos hieren lastimando nuestros sentimientos con palabras impensadas. A veces, somos nosotros, en nuestra propia fragilidad, quienes buscamos el sentido escondido en las mismas, y nos ofendemos. Dejamos que el dolor nos ciegue y nos apartamos huyendo de quien nos hirió sin siquiera decirle el porqué.

Hoy hago el firme propósito de no permitir que los demás me hieran y aprender a defenderme de palomas más grandes y fieras que yo.

Demos gracias a Dios por los amigos que están, y por aquellos que un día estuvieron y que Él, en su sabiduría, apartó de nosotros para impedir que nos lastimaran.

Feliz Día de Acción de Gracias...

martes, noviembre 14, 2006

Mi abuelo y la soledad

Tardé mucho tiempo en darme cuenta que la soledad de mi abuelo era, en gran medida, auto impuesta. Si nacía de la necesidad de purgar sus culpas, reales o imaginarias, por falta de confianza en los seres humanos, o simplemente porque preferiría ese modo de vida, nunca lo sabré. Por desgracia murió siendo yo aún muy niña. Lo que sí sé es que en el silencio y a su paso, mi abuelo era feliz.

La vorágine de la existencia me alejó de mi familia y de mi hogar, pero el recuerdo de mi abuelo quedó allí dentro de mí, en un rinconcito. En ese refugio, a dónde iba cuando sentía que no valía la pena luchar tanto, podía escuchar su voz advirtiéndome que no corriera, que acabaría por lastimarme.

Víctima de un desengaño amoroso que me lanzó a una depresión, me refugié en la soledad y en el silencio. En busca de la paz y la felicidad perdida, regresé al hogar donde mi abuelo vivió por muchos años. Allí, mientras paseo por los campos, ya en franca recuperación, oigo su voz cuando me advierte que no corra, que camine a mi paso…

martes, noviembre 07, 2006

Se me olvidó

Se me olvidó que te olvidé...
En estos días es como si tus ojos me miraran desde los diferentes rostros que se cruzan conmigo. No son todos los rostros. Son aquellos que en algo me recuerdan el tuyo. Entonces te pienso, y se me olvida que te olvidé, y lloro…

sábado, noviembre 04, 2006

Caminar

Nunca he vuelto a caminar aquellos caminos que a tu paso recorrimos juntos.

Han pasado años desde aquél entonces, y en estos días, sin motivo aparente alguno has comenzado a aparecer en una u otra forma en mis sueños. Pensé haber cuadrado la cuenta contigo hace tiempo, y no me cabe duda de que, aún habiéndolo hecho en rojo, tomé la decisión acertada al abandonarte.

Este sin sentido de recordarte me ha obligado a pasar balance de mi vida, y hoy me he dado cuenta que de tu injusticia y mezquindad para conmigo aprendí a aceptar de otros las sobras que tienen a bien darme, y por miedo a perderlas, aún siendo tan exiguas, nunca hago reclamos. Igual, como agua de un cántaro roto, se escapan de mi vida, dejándome sola.

Al hacerlo, me he dado cuenta que es cuando camino sola, a mi propio paso, que soy más feliz…

A lo lejos escucho la risa como cascabeles de mi yo gitana que me anima a que la acompañe en su caminar.