lunes, marzo 12, 2007

Aroma a limón

La otra noche estuve pensando en ti. No había ninguna razón especial, es que a veces, cuando menos lo espero, me parece verte frente a mí, erguido y orgulloso. Es solo el celaje de un recuerdo guardado en aquella parte de mi memoria en que escondo los que me hacen daño.

En ocasiones, en un descuido, como un fantasma te cuelas por cualquier hendidura. Entonces, me lleno de ti, y siento el olor a limón de tu colonia preferida, y es como si estuvieras de nuevo conmigo. Extiendo mi mano buscando la tuya que no encuentro, y abrazo la almohada que huele a lavanda, y aspiro su aroma buscando olvidar el tuyo. El olor a limón se dispersa y se esfuma, y se va desvaneciendo tu imagen en la vuelta a lo único que es real, mi soledad.

Te pensé, y no pude evitarlo. Tengo que reconocer que por primera vez contemplé la idea de que soy yo misma quien te invoca, dejando escapar tu recuerdo porque a pesar del tiempo transcurrido, aún te amo. Sin importar tus ausencias y las múltiples noches que pasé y he pasado sin tus besos y caricias, te amo.

Sonreíste como si pudieras leer mis pensamientos y te invité a sentar junto a mí. Contemplamos la noche en silencio, extendí mi mano buscando la tuya, y tu aroma a limón me envolvió.

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