sábado, diciembre 08, 2007

Mirando el amor

No necesito de amor en mi vida, me digo. Estoy tranquila, no tengo responsabilidades para con nadie, y a pesar de que no tengo grandes alegrías, tampoco tengo grandes tristezas. Me siento privilegiada.

Voy a la ATM y luego a la tintorería, y me cruzo con este espléndido ejemplar masculino. Camino hacia el auto y él viene de regreso con una joven. Charlan animadamente y al pasar por mi lado, veo que él lleva su mano abierta a mitad de la espalda de ella, evidencia de la intimidad que les une. Casi puedo ver el aura rosada que les cubre y que, al menos por ahora, les protege en su amor.

No puedo evitarlo. Siento en el corazón la punzada hiriente de la envidia.

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