jueves, octubre 14, 2010

El precio de la fama

Siempre que comienzo a escribir un cuento lo hago albergando la ilusión de que al terminarlo, evoque a uno de los grandes autores de cuentos. Quiero un cuento del que pueda sentirme realmente orgullosa, al punto que decida imprimirlo y distribuirlo por las calles, las bibliotecas, y las escuelas de la isla.

Me sueño parada frente a algún semáforo, con un cartelito que dice: Se regala un cuento y que se corra la voz. Que un tumulto de autos se aglomere mientras la gente se disputa las copias. Que los diarios me paguen por el derecho a publicarlo para aumentar su circulación. En la televisión proclamen una nueva autora, apenas descubierta. Que el Senado y la Cámara de Representantes firmen Proclamas declarando un día especial dedicado a la lectura de mi cuento. Que un guionista monte una obra de teatro; de Hollywood me llamen para que escriba el guión de la película, y mientras, viva en California en una mansión teniendo a mi disposición una limusina con chofer.

Me despierta del sueño el saber que esperarán otro cuento…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, si esperaran otro, pero con la mente maravillosa que tu tienes, podras escribir 5 mas :-)

Marisol Cragg de Mark dijo...

En esas estamos...soñando lo imposible ;-)
Te dejo muchos saludos berlineses.