domingo, febrero 05, 2012

Mi pierna izquierda

Llevo días con el fastidio de un hormigueo en mi pierna izquierda, al punto que ha logrado preocuparme. He hecho lo que siempre hago para los demás, me voy a Google y busco el síntoma para dar nombre a la condición. No me gustan los diagnósticos que me sugiere. Llamo a la oficina de la neuróloga a la que consulto desde hace varios años. Me ofrecen cita para fines de marzo pero consigo que la secretaria me ponga en lista de espera para la semana próxima. Cuando termino de hablar con ella estoy llorando desesperada, incontrolablemente. Cuquito, a mi lado, imita los sonidos de mi llanto. En otra ocasión me haría gracia, hoy solo alcanza a agravar mi amargura.

Veo mi pierna izquierda sin función alguna, arrastrándose, dejándome caer en cualquier esquina, haciendo imposible que use los zapatos de tacón alto que me he prometido que comenzaré a usar nuevamente. No tenía una idea hasta ahora de cuán importante es mi pierna izquierda. Definitivamente me resulta la parte más importante de mi cuerpo. Odio este cosquilleo maldito que se ha apoderado de mi pierna y que me hace caer en cuenta que llevo años peleando por una sonrisa perdida cuando lo que más importa de mi cuerpo es mi pierna izquierda.

Llamo por teléfono a mi hermana, llorando, y ella trata de tranquilizarme. No tiene la extraña condición mental de la que padezco: adelantarme a los acontecimientos pensando siempre en lo peor. No es cierto, me digo, somos hijas de los mismos padres. Lo que pasa es que ella, supersticiosa, no lo dice porque si lo dice lo decreta. Además, ella puede estar tranquila, no tiene hormigas en su pierna izquierda, ni siquiera las tiene en su pierna derecha. Sus intentos de consolarme con lógica son infructuosos. He pasado ya del nanosegundo en que la razón podía frenar el terror que siento. Cuelgo, segura de que nadie que no tenga cosquilleos en su pierna izquierda puede divisar el fondo del pozo de mi pánico.

Me espera un largo fin de semana y unos días adicionales para mi cita médica. Tengo que escribir, ironía de ironías, sobre el cuerpo, de forma original y creativa, y lo único en que puedo pensar es en la indiscutible, incuestionable, irrebatible hiper - indispensabilidad de mi pierna izquierda.

No hay comentarios.: