sábado, mayo 02, 2015

Liviandad


Me gusta sentarme en el borde de la fuente frente a Macy’s, ver a la gente pasar.  Algunas se sientan al lado mío a disfrutar un helado.  Yo salto con las gotas de agua que se escapan del chorro que cae, me meso con las notas del acordeón que escucho al subir a la terraza, vuelo con los suspiros de las jóvenes que esperan.  Soy parte del universo, mucho menos que un punto en la galaxia.  Sé que en algún momento habré de rendir cuentas, mientras disfrutaré de la libertad que gozo: libre del cuerpo que me pesaba demasiado, soy diminuta ave que visita lugares donde disfrutó de alegrías.  No puedo arrepentirme porque el dolor era demasiado; estoy dispuesta a enfrentarme a las consecuencias de mis actos.  Atesoro cada momento de esta liviandad…

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