martes, mayo 25, 2004

Cascabeles de risa

En la caricia del viento, se perdió la ola, y vi la espuma a lo lejos, perderse en el horizonte. En la orilla se quedaron mis pies sintiéndose llevar por la arena que volvía a la mar, de dónde provenía. En ese beso de despedida, me soñé sirena y me arropó la tentación de marcharme con ella, para hacer el amor, amada y deseada por las aguas. Pero un golpe de la cálida brisa me trajo desde tierra el sonido de cascabeles de risas de mis niños sabios, y hundí mis dedos como garfios hurgando en la arena febrilmente, para no dejarme arrastrar por ella.

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