miércoles, noviembre 09, 2005

Identidad

Cuando me di cuenta de que era, me pensé mariposa en su crisálida. Tendría hermosas alas de brillantes colores e iría volando entre flores silvestres, impulsada por la brisa de la primavera. Quise ser libre y traté de escaparme, pero la piel que me cubría no cedía, y pensé, aún no es tiempo, y me quedé tranquila.

Con las brisas llegaron hermosas aves que anidaron en las ramas del árbol gigantesco en que habitaba, y les oí cantar hermosas melodías, que inundaban el alba y el atardecer con su acordes. Les vi amarse y procrear, y pensé, quiero ser ave. Traté de volar, pero no pude, y me dije, aún no es mi tiempo, y me quedé tranquila.

Caí al suelo, e intenté incorporarme, y no pude, y me di cuenta que nunca surcaría los aires, porque era mi tiempo y estaba atada a la tierra. Jamás sería mariposa libre en vuelo, ni ave cantarina migratoria. Y miré al cielo para maldecir mi suerte, y un rayo de luz se coló entre las ramas del árbol que fue para mi, madre y padre, dibujando sobre el suelo, inmensas sombras, que sentí como un abrazo. Entonces soñé que entre mis raíces crecían flores silvestres y que hermosas mariposas desplegaban sus alas de colores entre ellas. Imaginé aves anidando en mis ramas, saludando y despidiendo con sus cantos al sol, que con sus rayos se colaba entre las sombras de mis brazos. Y ante esa grandeza, bendije ser fecunda semilla.

1 comentario:

Castiza Morena dijo...

¡Qué hermoso! Te felicito, me dejas boquiabierta. Lindo post. Un abrazo.