sábado, agosto 11, 2007

Recuerdos


Se sienta frente al ordenador todos los días, en el mismo horario de siempre. La diferencia es que ahora no escribe. Se secó la fuente, dice. Ya no hay más historias, ni cuentos. Pero sabe mejor que eso, sabe que se niega a escribir desde el día que se encontró haciéndolo de su vida, demasiado cerca los cuentos a su realidad.

Siempre dijo que no escribía recuerdos, y mientras pudo lo hizo, pero ahora, cuando estos amenazan con saltar a la pantalla, siente miedo. Se niega a escribir porque sabe que, poco a poco, iría revelando demasiado de ella, de aquellas cosas que ha ido guardando a través del tiempo.

Cada mañana se sienta ante el ordenador pero sus dedos se niegan a apretar las teclas. Sólo cuando esté lista para hacerle frente a sus fantasmas, volaran sobre el teclado, en forma de palabras, las pesadillas que en sueños la acosan.

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