miércoles, abril 01, 2009

La foto en el espejo

El techo de mi habitación es un inmenso espejo en el que en las noches veo reflejada una foto de mi familia, en la que yo no estoy. Me hace gracia pensar que soy yo la fotógrafa. Nunca he tenido habilidad para bregar con máquinas, aún las más sencillas.

Mis hermanas y hermanos están todos de pie, excepto Adrián, el más pequeño. Mi mamá lo tiene sentado en la falda, mientras mi padre, sentado junto a ella, los mira con una mezcla de amor y orgullo. Adrián nació cuando todos estábamos crecidos, y mi madre pensaba que ya no había peligro de quedar embarazada.

Luis y Laura, los mayores, están uno junto al otro. Tienen mucho en común. Comparten el amor por la poesía y al arte. Laura escribe poemas al alma gemela que busca, y cuando no está escribiendo sus versos, pinta. Por sus venas corre sangre de artista, herencia de la familia de mi madre.

Teresa, tan blanca y con el cabello tan negro… Secretamente la envidio, porque es la más hermosa, aunque se pasa pidiendo a mamá que la saque de la escuela antes de que la hagan ir. Le encanta tejer y coser, y podría, si quisiera, montar su propio taller y fácilmente ganarse la vida haciendo lo que le gusta: crear los vestidos que diseña.

Alberto tartamudea cuando se pone nervioso. A mamá le preocupa que haya heredado la propensión a las melancolías de que padece mi padre, quién además se pasa mirando por las celosías para estar seguro que nadie le ha seguido a casa.

Elvira es solo un año mayor que yo pero parece poseer la sabiduría colectiva familiar. Siempre tiene una solución para los problemas que nos aquejan y es fácil hablar con ella. No hay secretos entre nosotras, es mi mejor amiga. Como yo, tienen dos pies izquierdos para el baile, pero es tan animada y chistosa que no le faltan admiradores aunque Teresa ande cerca.

En las mañanas, puedo ver sobre la cómoda el retrato, y entonces estoy en él, de pie, junto a Elvira. Me pregunto cuanto tiempo faltará para estar en el que se refleja en el espejo, cielo de mi habitación, y si es cierto lo que dice mi hija que sostiene que para entonces seré la mayor, porque, aunque inmóvil en este lecho les he sobrevivido a todos.

2 comentarios:

lucille lang correa dijo...

me encanto el final pues podía ver la imagen del retrato, excelente final...

Silvia Giordano dijo...

Margaret: que bello relato. Me gustó mucho. La imagen y cada detalle llega al lector con mucha fuerza. Te felicito y te agradezco tamaña publicación,
Besos