martes, abril 24, 2012

La muerte

Se entrenaban para estar muertos quedándose quietecitos.  Yo practicaba en las noches, antes de quedarme dormido.  Después de todo, yo tenía la culpa.  Era quien les había dicho lo que había oído a la Paula decirle a mi madre cuando lloraba desesperadamente la muerte del abuelo.  "Cójalo con calma, todos tenemos la muerte detrás de la oreja.”

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