jueves, octubre 06, 2005

Mi niña y yo


Dame la mano, me pidió la niña. Y se la di para que se apoyara, y no perdiera el paso. Adelantó la niña en el camino, y yo me quede atrás.

La encontré mas tarde en el sendero, cuando ya la tenía olvidada. Me dijo, si prestas atención, escucharás la música. Traté de escuchar la melodía, pero me di cuenta que mi llanto constante lo impedía.

Toma mi mano, me pidió la niña. Escuché entonces a la brisa jugar con el follaje de los árboles, el batir de las alas de los pájaros, el agua que corría cantando sobre rocas, y más allá, muy lejos, las olas del mar acariciar con su vaivén la arena. Y desde entonces, cogidas de la mano y al compás de la música, mi niña y yo, caminamos juntas.

2 comentarios:

Castiza Morena dijo...

Nunca dejes de caminar junto a tu niña, nunca la dejes de lado, nunca la ignores y sobre todo no la pierdas, es parte de ti, no la dejes ir...

Anónimo dijo...

RM

Tu tristeza me embarga de pena. Entiendo, quizás por habernos conocido personalmente por tanto tiempo. En las buenas y en las malas. Sé también la herencia. Y aunque siempre es un placer leer tus escritos, mucjhas veces me dejas agobiado por la tristeza que arropan tus palabras. No obstante, como siempre, te digo: ¡Si adelante! Tienes el don de la expresión y siempre vale leer lo que tienes que decir. Sometimes I wish it would end on a happier note. But that woule put you into the romantics. You are real! the Kahlo of letters!