jueves, agosto 28, 2008

Luz

Cuando el yo interno me pide que me cuide, que descanse, que me aquiete, me escondo. Voy por un tiempo, nunca se por cuánto, a ese mundo especial que existe detrás de la imagen que refleja el espejo. Allí solo tengo la compañía de los seres que siempre han caminado al lado mío y que las más de las veces no veo, solo intuyo.

Detrás del espejo son visibles y proveen la luz para que pueda recordar que una vez fui igual a ellas. Entonces me tranquiliza pensar que la estadía en este planeta es pasajera, que un día recobraré mis alas; que podré transportarme a dónde quiera, libre y liviana; e incluso seré luz tras un espejo para quién necesite silencio y paz que reconforte su alma.

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