sábado, agosto 01, 2009

Inés y la tristeza

Una inmensa tristeza se ha ido apoderando de la casa. Inés la vio entrar, pero la dejó estar hasta ahora, cuando se ha acuartelado en el dormitorio que era de ella.

La joven había pensado que si lograba evitar que entrara a su habitación sobreviviría en ese pequeño espacio. Pero ahora, también ha sido invadido su cuarto.

Luego de considerar varias posibles soluciones, intentó dialogar con ella y explicarle que le deja todo lo demás, pero que le permita estar tranquila en el rincón que hasta hace poco era solo suyo. Escurridiza, la tristeza logró evitar la confrontación y ya comenzó a poner barrotes en ventanas y puertas.

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