domingo, agosto 16, 2009

Recuerdos

A lo lejos, tras el negro páramo calcinado, el fuego apagaba sus últimas llamas. Espoleó a su caballo con el corazón encogido temiendo que el humo azuloso proviniera de su casa. No tenía idea de qué podía haber dejado encendido por más que intentaba hacer un repaso mental. Estaba viejo y a la muerte de ella había comenzado a olvidar cosas.

Iba a galope cuando se le ocurrió que el fuego destruiría muchas de las memorias que guardaba, aquellas cosas que revisaba en las noches y que hacían reverberar en su cerebro recuerdos de antes. De entonces. De cuando estaban juntos.

Detuvo el caballo. No tenía porqué apresurarse. Daba igual: ella estaba muerta.

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