viernes, agosto 26, 2005

Se llama Cuquito

Llegó a casa con el cuello sin plumas, silencioso y huraño hace apenas seis días. Cuando entramos ya me había arrepentido de haberlo comprado. Y entonces no sabía cuánta atención iba a requerir. Debe haber pasado grandes tristezas porque, si es cierto lo que me dijeron cuando lo adquirí, no tenía atención, y a él no le gusta estar solo. El tiempo que está fuera de la jaula, se la pasa a mi lado. Cuando está en la jaula, me llama constantemente: me chifla, me tira besos con tal de que vaya a verlo. No me permite tocarlo, y devolverlo a la jaula es una odisea y, sin embargo, esta tarde, pasaba el pico por mi muslo, en una especie de juego. Nos parecemos mucho. No permito que nadie se me acerque demasiado, pero necesito compañía. Se llama Cuquito, y es mi nuevo hijo alado.

No hay comentarios.: