lunes, julio 11, 2005

Cobardía

Con el tiempo, me he ido llenando de una inmensa tristeza. Sale del convencimiento de que es inevitable que la vida deje huellas en el cuerpo, en el rostro, y también en el alma. Pero lo que más me acongoja, es que no tengo ganas de seguir viviendo, y que desde mucho hace tiempo me siento así. Es un vivir sin motivo ni dirección, en que he soltado el guía, y la embarcación va dando tumbos. Hace años que abandoné el navío a su propia suerte, es una nave fantasma en la que habito.

Y si con un inmenso esfuerzo fuese posible recuperar el mando, no lo quiero, que es más fácil hundirme en la amargura, bañarme en el dolor, que intentar hacer algo con mi vida. He cerrado la puerta, me he alejado de todos, y dejo que la mar fije el rumbo, que me lleva, inevitablemente, a zozobrar.

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