viernes, julio 01, 2005

Estrellas

Tenía estrellas en los ojos, tan joven e ingenua era. Estrellas que brillaban aún de día, porque los sueños nunca tienen hora. No se sentía ni especialmente hermosa ni atractiva, pero creía en el amor y la felicidad, y el cuento de que hay un príncipe para cada mujer-princesa.

Pasaron tantos días, tantas noches, transcurrió tanta vida y lloró tanto, que las estrellas se fueron escapando. La última se deslizó en forma de lágrima por una mejilla ajada por los años.

La lágrima cayó en su mano y por un instante el fulgor de la estrella captó su atención. La observó cuidadosamente, porque había visto otras caer antes, y sabía que sólo esa le quedaba. La besó antes de dejarla libre con un soplo, y la vió alejarse, haciendo volteretas en el viento. Con ojos apagados, pero sabios, retornó a sus tareas.

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