domingo, noviembre 04, 2007

Molinos de viento


En las noches en que no puedo dormir, mis fantasmas aprovechan la oportunidad para agrandarse, y tal parece que llenaran mi habitación con su presencia, consumiendo el oxígeno vital. Mi respiración se vuelve agitada, se me oprime el pecho, y sé que es otra noche más de ansiedades y angustias, que pasaré dando vueltas en la cama, luchando entre el deseo de levantarme y la necesidad de mi cuerpo de descanso.

Finalmente me adormeceré y entonces invadirán mis sueños y tendré que luchar con ellos, un poco quijotescamente: simple espada, contra gigantescos guerreros. Despertaré asustada, con vagos recuerdos de la lucha, hasta que vuelva a adormilarme, y comiencen el ataque nuevamente.

Cuando en la mañana me levante a los gritos airados de Cuquito porque ya salió el sol, mi habitación dejará de ser campo de guerra. Una vez mas me daré cuenta que mis fantasmas son molinos de viento, que con los años han ido perdiendo fuerza, y que viven en la oscuridad, solamente porque yo se los permito. De mí depende descorrer la cortina tras la que se esconden, para que aún en las noches pueda reconocerlos como lo que son, viejas estructuras llenas de moho, listas a derrumbarse.

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